Estos días de cuarentena por el CORONAVIRUS COVID-19, me ha dado por llamar y saludar a familiares y amigos cercanos, por eso de la solidaridad y el aburrimiento. No sabemos que pudiera suceder, por ello es mejor curarse en salud y dar a una llamadita. Comencé por los solitarios, pues para mí, son los más vulnerables. Entre ellos llame a mi mejor amigo Darth Vader, que lo quiero mucho, pero lo contacto poco, pues siempre tiene un cuento nuevo, con respeto a su situación financiera y sus cuentas bancarias vacías. La última vez que hablamos, le habían cortado la energía eléctrica y estaba todo romanticón a la luz de las velas, viendo el recibo que le había llegado del siguiente mes.
Que susto me lleve cuando me contesto la llamada con un estornudo, casi le cuelgo, pero de inmediato recordé que hablábamos por teléfono y que no me podía contagiar. Esto del coronavirus nos ha subido dos niveles de paranoia.
Darth Vader me ha manifestado que su estado de salud no es muy bueno, tiene un refriado común. Pero su esperanza es recuperarse pronto, pues se está tomando un té de jengibre con canelilla y canela, que aprendió hacer, cuando estuvo de vacaciones en República Dominicana. Se alojo en un hotel, donde el té era gratis y no paraba de consumirlo a toda hora. No es que sea tan bueno Aurita, me comento, lo que pasa es que me agrada lo gratis, no me puedo contener, confeso.
Darth Vader me ha manifestado que su estado de salud no es muy bueno, tiene un refriado común. Pero su esperanza es recuperarse pronto, pues se está tomando un té de jengibre con canelilla y canela, que aprendió hacer, cuando estuvo de vacaciones en República Dominicana. Se alojo en un hotel, donde el té era gratis y no paraba de consumirlo a toda hora. No es que sea tan bueno Aurita, me comento, lo que pasa es que me agrada lo gratis, no me puedo contener, confeso.
Para mi sorpresa no resulto con problemas en su economía, pues había logrado cerrar un contrato de un proyecto fotográfico de 365 días, con un artista de Polonia llamado Pawel Kadisz. Con lo cual había logrado su recuperación financiera y asegurar el sustento de ese año.
Por otro lado, me dejo saber de cómo está llevando sus días de cuarentena. He aprendido hacer las panquecas venezolanas, me ha enseñado mi otra amiga la chama, me manifestó, ahora las volteo desde el mismo salten. sin palita de cocina.
Me ha resultado tan divertido. que me ha dado por lanzar todo, hasta firulais he lanzado y se divierte. Siempre pasando a un nivel de dificultad mayor, en este momento lanzo la comida de perros a firulais y a mi libro preferido al mismo tiempo, todo cae organizadito.
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